
14 Nov Juntas de dilatación: Los beneficios que te proporciona un pavimento sin ellas
Las juntas de dilatación pueden marcar la diferencia entre un pavimento que dura años intacto y otro que se deteriora rápidamente. Estas son claves a la hora de la conservación de distintos suelos y en diferentes ocasiones. En este artículo, descubrirás todo sobre ellas, como reemplazarlas y los beneficios que tiene utilizarlas frente no hacerlo.
¿Qué son las juntas de dilatación?
Las juntas de dilatación son pequeños espacios o “ranuras” que se ponen en pavimentos y estructuras de hormigón para permitir que los materiales se puedan expandir y contraer sin provocar daño alguno.
¿A qué se deben estos movimientos de expansión o contracción? Por diversos motivos, por ejemplo, el calor. Un día de mucho calor el pavimento puede expandirse unos milímetros a causa del aumento de temperatura; y, sin estos pequeños espacios el material podría romperse o deformarse al no tener suficiente espacio. Por eso, especialmente en pavimentos exteriores o industriales, estas juntas son esenciales para evitar grietas y daños estructurales.
¿Por qué necesitamos juntas de dilatación?
Los pavimentos exteriores suelen estar expuestos a grandes cambios de las condiciones meteorológicas, como cambios de temperatura, entre otros. Sin embargo, sin estas juntas de dilatación, los pavimentos se verían sometidos a una presión que podría terminar causando fisuras o roturas. En resumen, sirven como “colchón” que permite que el material se ajuste de la mejor manera.
A pesar de que tienen numerosos beneficios, también cuentan con una serie de desventajas que hay que tener en cuenta a la hora de tomar la decisión de añadirlo o no, a tu pavimento.
El motivo principal por el cuál muchas personas declinan la opción de un pavimento con juntas es su mantenimiento, ya que las aperturas de las mismas son puntos clave para la acumulación de suciedad y humedad. Además, el sellado también a lo largo del tiempo sufre un desgaste que necesita un mantenimiento para que no pierda funcionalidad y estética.
Cómo reemplazar las juntas de dilatación
A medida que pasa el tiempo, el sellado de las juntas de dilatación puede deteriorarse, afectando su capacidad para proteger el pavimento. Por eso, es fundamental reemplazar o reparar las juntas cuando sea necesario. Descubre como es el proceso para hacerlo:
1. Inspección de la junta: Primero, revisa el estado de las juntas y del sellado. Si ves fisuras o despegue del material de sellado, es momento de intervenir.
2. Limpieza: Limpia bien la zona de la junta, eliminando toda la suciedad, humedad o restos de sellante antiguo. Este paso es crucial para que el nuevo sellado se adhiera correctamente.
3. Aplicación de un nuevo sellante: Utiliza un sellante especializado para juntas de dilatación, que sea flexible y resistente a los cambios de temperatura y a la abrasión. Este sellante debe aplicarse con cuidado y uniformidad.
4. Secado y revisión final: Después de aplicar el sellante, deja secar el tiempo recomendado por el fabricante. Finalmente, revisa que el sellado haya quedado bien adherido y sin espacios.
Un buen sellado de juntas no solo evita filtraciones y acumulación de residuos, sino que también prolonga la vida útil del pavimento.
Beneficios de un suelo sin juntas
Aunque las juntas de dilatación son útiles, hay una tendencia creciente hacia pavimentos continuos, especialmente en áreas industriales y de alto tráfico. Los pavimentos sin juntas ofrecen varias ventajas:
1. Menor mantenimiento y limpieza
Los pavimentos continuos eliminan la necesidad de limpiar y reparar constantemente las juntas. En un suelo sin juntas, no se acumulan suciedad ni residuos, lo que facilita la limpieza. Además, al no tener espacios en los que el agua o la humedad puedan filtrarse, reduces significativamente el riesgo de deterioro.
2. Mayor durabilidad
Al no contar con juntas, el pavimento es más resistente a las cargas pesadas y al tráfico continuo. En lugares como almacenes o fábricas, donde el movimiento de maquinaria es constante, un suelo sin juntas es mucho más duradero, ya que no existe el riesgo de desgaste en los puntos de unión.
3. Superficie estética y uniforme
Un pavimento sin juntas ofrece una superficie continua y uniforme, lo que da un aspecto más limpio y profesional. Esto es ideal para espacios donde la estética es importante, como áreas comerciales o de exposición. Además, al no tener juntas visibles, el suelo se ve mucho más moderno y minimalista.
4. Reducción de costos a largo plazo
A pesar de que un pavimento sin juntas suele requerir una mayor inversión inicial, al ser completamente liso reduce bruscamente los costes de mantenimiento, ya que, a lo largo del tiempo conservar bien un suelo exterior en el que no hay que reemplazar o reparar juntas de retracción-contracción facilita la durabilidad del mismo; convirtiéndolo en una muy buena inversión.
5. Más seguridad
En entornos con pavimentos industriales o comerciales, un suelo sin juntas es una opción más segura, ya que elimina los desniveles o imperfecciones que pueden causar tropiezos o accidentes. Esto es especialmente importante en zonas de alto tráfico, donde la seguridad es prioritaria.
Conclusión
En resumen, utilizar pavimentos sin juntas de dilatación aporta una serie de ventajas indispensables a la hora de seleccionar pavimento. Beneficios como menor mantenimiento, mayor durabilidad y una estética muy superior en contraparte al suelo con juntas, lo convierten en la mejor opción para los pavimentos exteriores.
Contacta sin compromiso con nuestro equipo comercial y te prepararemos un presupuesto adecuado para tu proyecto.